Cualquier restaurante o empresa del sector de la restauración puede necesitar cámaras frigoríficas en Mallorca para el mantenimiento de sus productos. No obstante, las temperaturas requeridas dependerán en cada caso. En algunas ocasiones es suficiente con equipos de refrigeración, mientras en otros es necesario optar por equipos especiales de congelación para asegurar que el producto se mantiene en buenas condiciones durante un tiempo más largo.

Todos podemos imaginar la principal diferencia que hay entre un alimento congelado y otro refrigerado, pero hay algunas cuestiones que no son tan conocidas. Para empezar, la temperatura es un factor clave. En el caso de la refrigeración nos referimos a productos que están, habitualmente, entre -1 y 8 grados centígrados; es decir, por encima de la temperatura de congelación. Las características organolépticas apenas se diferencian de los productos al comienzo de su periodo de almacenaje.

En el caso de los alimentos congelados, la temperatura se reduce rápidamente, y en pocas horas se mantienen a entre -18 y -25 grados centígrados. En ese proceso, parte del agua natural que tienen en el interior se convierte en hielo. Las propiedades organolépticas se ven más afectadas que durante la refrigeración, pero también se pueden mantener los alimentos durante mucho más tiempo.

En ambos casos, es necesario contar con las cámaras frigoríficas en Mallorca adecuadas para que los productos puedan permanecer en ellas el tiempo que sea necesario sin que se vean realmente perjudicados.

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